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¿De verdad hay personas así?
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Claro que las hay y muchas más de las que crees
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En fin, si tu lo dices.
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Y lo malo no es que las haya, es que tengas que
convivir con ellas.
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¿Convivir a la fuerza?
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Sí, a la fuerza.
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A la fuerza ¿Cómo?
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Muy sencillo, que sea la compañera de clase que
se sienta a tu lado o tu compañera de despacho en el trabajo, por ejemplo.
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¡Ah! Es verdad, no lo había pensado.
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Yo tuve una compañera de despacho varios años
que se permitía el lujo de opinar de todo y de todos sin que nadie le
preguntase y aunque le dijeras que no le habías pedido su opinión. Ella lo
saltaba y punto.
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¡Vaya alhaja!
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Y no quedaba ahí la cosa, es que encima se
enorgullecía de ello.
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¡Pues que alegría!
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Y otra que era adicta a las compras. Su
conversación siempre versaba sobre vestidos, zapatos, bolsos, maquillajes,
peinados, etc. Ella no lo sabían pero la llamaban “Barbie”
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¿Cómo la muñeca?
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Sí, como la muñeca.
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Ja, ja, ja.
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En una ocasión me dijo que se iba a comprar un
bolso de Loewe, que le hacía mucha ilusión tener uno, etc. Unos días después se
enteró que me marchaba tres días a la playa con una amiga y me preguntó que si
podía venirse con nosotras. Nosotras ya habíamos pagado el viaje, así que le
indiqué el hotel al que íbamos para que lo echara un vistazo e hiciera la
reserva si le gustaba. Al día siguiente me dijo que no se apuntaba porque era
muy caro y no pudo menos de echarme a reír.
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¿Por qué te reíste?
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Eso mismo me preguntó ella y le argumenté que me
hacía gracia que estuviera dispuesta a gastarse 600€ en un bolso y que sin
embargo le pareciera caro 300€ un viaje a la playa de tres días.
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Desde luego es absurdo.
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Ella se ofendió y expresó sus argumentos de
manera muy vehemente. Me dijo que mi placer solo iba a durar tres días,
mientras que el suyo era para toda la vida, porque cada vez que mirase el
bolso, lo vería precioso, lo tocaría y lo acariciaría y se sentiría
reconfortada con ello y además, podría hacerlo todos los días.
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¡Madre mía! No me extraña que la llamasen
Barbie.
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Ya ves ¿Cómo se puede comparar mirar un bolso
con contemplar la puesta de sol desde la playa? Esa bola roja que poco a poco
va desapareciendo en el horizonte a la vez que el agua del mar va cambiando de
azul a gris y luego, si hay luna, ese haz de luz blanca y brillante
reflejándose en el agua... Poder oler la
brisa marina, contemplar el mar, como vienen y van las olas acariciando la
orilla ¿Puede todo eso compararse con un bolso?
1 comentario:
Muchas gracias, me ha gustado mucho
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